Dicen que los primeros aguafiestas desde los orígenes del todo, fueron unos ángeles que tras una rebeldía acaudillada por Luzbel acabaron cayendo de las alturas más puras y santas.
Por ello Dios creo luego al hombre y llegó el segundo aguafiestas que curiosamente es uno de los tantos aguafiestas de antes, me refiero a ahora llamado Satanás, el luzbel de antes, pero ahora más malo, seduciendo a la mujer la engaño con medias verdades para que comiera de un fruto del árbol prohibido por Dios, el de la ciencia del bien y del mal.
Los siguientes aguafiestas eran entonces Adán y Eva que tras comer del fruto del árbol, pecaron y perdieron el privilegio de estar en el paraíso.
A lo largo de la historia los siguientes aguafiestas se los han querido adjudicar a Dios, pero resulta que Dios lo que planeó fue mandar a su unigénito hijo para que dejaran de seguir aguando la fiesta en su creación, este hijo es Jesús, Él Cristo, Él Mesías que salvará a todo confeso de sus pecados y reconocimiento de que Él es el hijo de Dios.
Solo quedan dos aguafiestas, Satanás y las actitudes negativas de muchos hombres, entre todos esos indecentes están los ángeles caídos procurando que sean aún más los malos humanos.
Con estas líneas quiero a modo de reflexión, recordar que si hay algún aguafiestas, este nunca fue Dios y menos los hombres y mujeres conversos a la palabra de Dios, si no aquellos que por justificar sus pecados, rinden culto al Mal y se refugian en ideas maléficas reprochando por siglos a los hijos de Dios.
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