En estos tiempos ambiguos de fe, creencias y pensamientos libres, donde “todo vale” si es “bueno”  se me antoja citar La Biblia con estos versículos referentes a ayudar al prójimo.

Proverbios 19:17

A Jehová presta el que da al pobre,

Y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar.

Proverbios 14:21

Peca el que menosprecia a su prójimo;

Más el que tiene misericordia de los pobres es bienaventurado.

Proverbios 14:31

El que oprime al pobre afrenta a su Hacedor; Más el que tiene misericordia del pobre, lo honra.

Más claro agua. Si ayudas a tu prójimo, a tu vecino, a otra persona eres bienaventurado, prosperarás, se te volverá lo dado y sin embargo el que no hace ese bien al prójimo, no queda en buen lugar.

Fuera de las creencias religiosas, de la fe en un único Dios, lo vemos en la sociedad, sabemos que aquel que no ayuda a su prójimo, no lo está haciendo muy bien. Nadie obliga a nadie a ser generoso, lo eres o no lo eres, está en nuestra naturaleza, ser buena gente o no serlo.

La gratitud se paga con creces, las sociedades generosas han prosperado siempre más que aquellas que omiten la ayuda social a sus conciudadanos. Sería bueno no menospreciar a nuestro prójimo.

Enseñar a construir una sociedad basada en el respeto y la ayuda al que en ese momento lo necesita de veras, no hablo de alimentar parásitos, personas que viven de la mendicidad, hablo de tu vecino que a perdido todo en un momento puntual de su vida, de aquellos que huyen de guerras, linchamientos y buscan en nuestra tierra auxilio.

AUPO extiende la  mano amiga, está presta a la ayuda, orientación, acercamiento con él prójimo.