Dependencia

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Que levante la mano quien no ha dependido alguna vez de alguien

¿Tú no? Vaya, será que olvidas que una vez fuiste un bebé y te cambiaban los pañales , las leche que tomabas del pecho de tu madre, constantes vigilias de tus padres velando tu sueño, dolencias, tu dependías entonces de alguien.

A lo largo de la vida dependeremos en algún momento de personas, sea por nacimiento, convalecencia, vejez, lo cierto es que no nacimos para ser excluidos.

La distorsión que generan algunos individuos dependientes, ayer llamados jetas y hoy también. Han mancillado el estado de dependencia de otras personas que se vieron abocadas a vivir un estado de pobreza, inevitablemente por sus circunstancias dependen de otras personas, sean estas Asistentas Sociales, Diputaciones, Voluntariado de ONG etc.

Oiremos muchas veces de algunos radicales ¡no se hace nada por los pobres! Y de los menos radicales ¡se lo han buscado! Quizás nadie diga nada de lo citado y solo sean expresiones personales que nunca vieron la luz, pero que quedan en el ambiente de la ciudad.

Un día una mujer que vivía con 700€ de su marido, se encuentra viuda llorando porque no termina de asimilar que está sola y tiene que sustentar a dos hijos de 2 y 7 años con mucho menos de lo que su marido entregaba en casa. Esta es la realidad que en ocasiones siempre asoman a nuestra vida y si no tenemos una sociedad que sepa ayudar a quien le falta sustento.

Hace años que Europa y el mundo en general ha pactado eliminar la pobreza de sus ciudades, aportando todo tipo de ayudas, pero al final el factor es él humano y no tanto él dinero aunque pudiera parecer el núcleo de los problemas.

El factor humano es vital, ya lo he citado más arriba, en alguna vez hemos dependido de alguna persona y son precisamente las personas la clave del problema social que tenemos en nuestras ciudades.

Las familias se desestructuran porque se rompen lazos, matrimonios que se separan por infinidad de problemas, entre otros separarse falseando la razón para recibir ayudas que queriéndolo o no generan más desestabilidad en el núcleo familiar si tienen hijos, forjando unas vidas llenas de mentiras.

En la calle duermen enfermos mentales, alcohólicos, impetuosos jóvenes desorientados por huir de una familia de valores que chocan con sus aires de libertad.

Admiro los voluntarios que se compromete a causas nobles como cambiar la vida de familias que pasan por momentos de desesperación y desconsuelo.

Voluntarios que no esperan otra cosa que ver un rostro feliz, son visionarios de la paz. Luchan bajo el anonimato, hacen oídos sordos de criticones, mal sanas personas que prueban sus acciones para probar si son tan bienhechores como aparentan.

La desconfianza ha vivido mucho tiempo entre los humanos, razones no le ha faltado a los humanos de desconfiar de otros humanos, pero es en la contradicción humana donde la luz alumbra dando esperanza a aquellos que lo necesitan.

Desde AUPO luchamos por estructurar lugares de apoyo, cursos de formación, etc., pero necesitamos la ayuda del voluntariado para hacer realidad ese cometido.

Puedes contactar con nosotros llamando a los teléfonos:

946 572 703 – 695 987 043

O por correo:

C/AURREKOETXEA Nº3 LONJA (A.U.P.O.). BILBAO, BIZKAIA 48006

E-mail:  a.u.p.o.bio@hotmail.com

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