Una de las razones por las que alguien no crea en Dios, es el hecho de la naturaleza de culpa, la condena, no termina de asimilarla como parte del conflicto, entre Dios y el hombre.

-¿Qué culpa tengo yo de los errores de mis antepasados? ¡Eso no va con migo!- un cierto aire de anarquía rebelde de quien cree, su vida es solo suya y lo demás es sometimiento.

Para saber por qué Dios ve a los humanos como pecadores y condicionados a unas reglas para ser evaluados con positividad su destino, tendríamos que saber qué hecho ocurrió para tal conflicto entre Dios y los humanos.

El libro de Romanos en su capítulo 5 resume este asunto. Por culpa de un solo hombre vino el pecado al mundo y solo gracias a un hombre vino la gracia. Un oportuno regalo de Dios dado a los hombres, de la culpabilidad por desobediencia, a la salvación por gracia divina.

Le fue dado a Adán una orden y advertencia, Génesis 2:17 más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

Esta es la raíz del conflicto entre Dios y el hombre, al desobedecer tomó fruto de un árbol que le otorgaba discernir del bien y del mal y Dios decidió que por precaución expulsar a Adán y Eva del paraíso con el fin de que no comiesen también del fruto del árbol de la vida Génesis 3-22 Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.

De toda esta historia hay una enseñanza, la obediencia como parte de la confianza. El desconfiar, él no me fio de lo que me dicen, el voy a hacer lo que quiero yo, el dejarse llevar por las palabras de otros, llevan al abismo de la desobediencia.

¿Tanto revuelo por una desobediencia? Parece poco, pero es un todo, es el origen del pecado, el de los hombres, porque la serpiente aka el diablo, ya pecó contra Dios antes que los hombres (Adán y Eva).

Satanás lo perdió todo y ahora, desde su conocimiento del amor de Dios por los hombres, quiere arrebatarles a los hombres y mujeres la vida eterna regalada por Dios de la mano de su hijo Jesucristo.

Jesucristo ha sido la clave de salvación de la humanidad, por su muerte y resurrección, el ser humano puede alcanzar la gracia de la vida eterna, a través de la perfección de Cristo.

Por todo ello somos exonerados del infierno, Isaías 53:5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.