Bla Bla Bla, el ancla

Las palabras se las lleva el viento, los hechos prevalecen, las personas son parte de la historia.

La condición humana tiene anclas fuertes que sujetan lo bueno y malo que los determinan, es notorio que las cadenas de esas anclas son fuertes, si no fuera así la naturaleza humana lograría navegar en todos los mares a cual más peligroso. Cadenas de anclas que nos sujetan en momentos de tempestades, marejadas y malas intenciones de mover nuestros barcos a malos puertos.

Dicen que las cadenas esclavizan e inmovilizan, pero también sujetan y estabilizan barcos, casas, carteles, lámparas etc. Las cadenas se componen de eslabones, los cuales fortalecen el conjunto de los tales magnificando la fuerza de la cadena.

Tenemos eslabones y el ancla, una mole de peso y gancho. Gancho que sujeta todo lo que este unido a la cadena del ancla.

Nuestra vida tiene anclas porque tenemos leyes, leyes que se forjaron en el conjunto de la historia de la civilización. Nosotros necesitamos esas anclas, para poder tener equilibrio en el navegar de la vida.

Adicionalmente de esas leyes, los cristianos se rigen por leyes igual de fuertes en la sujeción del barco que nos ve navegar.

Si eres creyente, ten en cuenta que el barco en el que estás, tiene anclas adicionales en tu vida.

Sé que esta reflexión pueda quedar algo infantil para la media del lector que visite este blog, pero con esa sencillez, incluso inocencia nos plantea la Biblia muchas parábolas e historias bíblicas.

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