Un catarro, una pérdida de orina, fiebre, un pie roto, una muela infectada, son anomalías que se producen por situaciones de irregularidad, accidentadas, momentos que se salen de lo “normal”. Para entender bien una anomalía no solo hay que reconocerla, si no saber llevarla a una normalidad, en algunos casos de forma dolorosa. Aprendemos de muy niños observando a nuestros padres y los comentarios de amigos, profesores, especialistas y vamos formándonos ante lo que será una anomalía.

Nos prepararan para ejecutar el RCP o  La reanimación cardiopulmonar, curas de heridas leves, quemaduras, cortes, usas vendajes para el hombro dislocado, pequeñas roturas de tibia y peroné y arrinconamos una anomalía que hoy es un constante, -la pobreza- socorrer al más necesitado y no necesariamente entregando dinero a un sin techo. Nos falta formación para saber orientar a aquellos que están en un momento de su vida trágica, sin dinero, hogar, alimentos y debemos saber, liderar la situación para que esa y otras personas sepan a quien acudir en caso de necesidad.

Somos una sociedad y como tal debemos de cuidar de aquellos que por circunstancias de hambre, incendio, inundaciones, separación en un matrimonio, pobreza insostenible se desorientan y solo ven un túnel oscuro, un vacío de caída libre, juntos podemos solventar esa anomalía social.

En AUPO lo estamos haciendo, luchando cada día para ayudar a otros y pedimos tu colaboración para participar con nosotros en este desempeño social.

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